El origen de los dichos populares. Dichos quijotescos.
Entró con el pie derecho el ponente y nos puso los
puntos sobre las íes para explicarnos el motivo de su presencia, advirtiendo
que no era su intención de hablar a tontas y a locas. Por descontado que los
asistentes no estábamos en Babia y pusimos de manifiesto que tampoco habíamos
asistido para tomarle por el pito del
sereno.
Así, con buen humor, Manuel Romero fue explicando el
origen de más de treinta dichos populares, incluyendo la referencia a los más
de doscientos que aparecen en el Quijote de Cervantes.
Para terminar, quiso rematar la faena con la lectura de un texto al que llamó "la traca final", de su propia cosecha, para hacernos ver hasta
qué punto utilizamos los dichos para comunicarnos.
Oído al parche. Ya está bien de rollo, aunque siendo ésta una charla
que se da de uvas a peras o de pascuas a ramos, como dicen otros, siempre
podrán aguantarla los culillos de mal asiento.
Pero como no me gusta hablar por los codos lo mejor será que cada mochuelo
se vaya a su olivo y os deje con la miel en los labios, mientras yo me duermo
en mis laureles, porque, eso sí, yo soy hombre de pocas ínfulas.
De lo contrario la charla le saldría al Centro por un ojo de la cara
aunque el salón no esté hasta la bandera y tendríais que tirar la casa por la
ventana para poder pagar si no queréis que os monte un pollo (o poyo).
Así que cojo los bártulos y me voy con la música a otra parte, eso sí, sin despedirme a la francesa, por si las
moscas, porque yo ya he matado el gusanillo. Y ahora al acabar vamos saliendo en fila india porque si no se puede
armar la de dios es cristo o acabar como el rosario de la aurora y en ese caso
alguien nos mandaría a hacer puñetas.
* Manuel Romero Izquierdo, colaborador del Centro de Mayores y ya jubilado, ha sido profesor de Lengua en el IESO Ciudad de Luna de Huete.