El AMPA del C.R.A. “Campos de la Alcarria” de Huete, en colaboración con Veterinarios sin Fronteras, organizó una actividad muy interesante en el cole: la creación de un huerto escolar, dentro del recinto del colegio. Nos pidieron colaboración al Centro de Mayores, por eso de que los jubilados, en su mayoría, pasamos parte de nuestro tiempo en nuestro huerto, y allí nos fuimos Agustín (¡¡cuánto se aprende a su lado!!) y yo, que no sé mucho de esos menesteres, pero tengo mucha voluntad de aprender. Nos esperaba Jesús, de Veterinarios sin Fronteras con la mayor parte de los aperos necesarios: herramientas, semillas, abono….,etc.
Después de explicarles el nombre de cada herramienta, lo primero que hicimos
fue dividir el espacio en pequeñas parcelas, para que todos los cursos tuvieran
“su huerto” y se encargaran de cuidarlo. A continuación se plantaron las
semillas propias de esta época: habas, ajos, acelgas, rabanitos y zanahorias.
En esta labor, ayudaron los niños y niñas, siguiendo los consejos de Agustín y
míos. Les hicimos notar que deberían de regarlo con regadera, porque no se
podía hacer de otra forma en aquel espacio. Agustín iba explicando la forma de
poner las semillas, cómo se cubrían, y los trabajos posteriores que
necesitaban. Notamos que todos los alumnos y alumnas disfrutaban con ello, y
que parecían concienciarse de lo importante que era su trabajo (algunos
preguntaban que cuándo nacerían las plantas, y cuándo había que regarlas). Se
plantaron también unos surcos de hierbas aromáticas, enseñándoles a
trasplantarlas sin dañar sus raíces.
Y por último, hicimos ver a los profesores la necesidad de vallar el recinto donde se encuentra el huerto, porque está en el patio de juego, con el consiguiente peligro que entraña: pisadas involuntarias, balones, etc.
Nos invitaron a un café y un bocadillo, y nos vinimos tan contentos, prometiendo subir de vez en cuando a seguir el progreso del huerto; y a sembrar otros productos, cuando su época de plantación lo requiera.
Y por último, hicimos ver a los profesores la necesidad de vallar el recinto donde se encuentra el huerto, porque está en el patio de juego, con el consiguiente peligro que entraña: pisadas involuntarias, balones, etc.
Nos invitaron a un café y un bocadillo, y nos vinimos tan contentos, prometiendo subir de vez en cuando a seguir el progreso del huerto; y a sembrar otros productos, cuando su época de plantación lo requiera.
Manuel Bascuñán